Quizás situar a James Salter junto a la afamada novela erótica para mujeres no sea lo más adecuado. El escritor estadounidense fallecido en 2015 tiene el estatus de escritor de culto en su país y no por nada ha sido ganador del premio William Faulkner, uno de los máximos galardones de las letras en Norteamérica. Ex piloto de aviones de combate durante la guerra de Corea, Salter ha sabido —en sus siete novelas, varios libros de cuentos, guiones y memorias— mezclar los sentimientos y emociones masculinas con el deseo, el amor y la lujuria que todo hombre ha sentido alguna vez. Su primera obra, “Los cazadores” (1956), es una suerte de biografía de sus días luchando contra los aviones MiG rusos en Corea, mientras que “Juegos y distracción” (1962) cuenta la historia de un norteamericano perdido en Francia, ese paraíso secular donde los paradigmas morales parecieran desaparecer fácilmente. A comienzos de 2013 lanzó “Todo lo que hay”, el que se encuentra en Chile, despertando la aclamación de la crítica y reposicionándolo como uno de los mejores escritores de su generación.