Siempre se nos ha dicho que para mantener un peso sano hay que asegurarse que el nĂºmero de calorĂas que consumimos es el mismo nĂºmero de calorĂas que quemamos. Si consumes mĂ¡s calorĂas de las que usas, ganas peso; y si el gasto es mayor que el consumo, pierdes peso. Sin embargo, a pesar de que somos conscientes de la quema de calorĂas mientras entrenamos, entre el 55 y 70 por ciento de lo que comemos y tomamos lo usamos para poder realizar una serie de reacciones quĂmicas invisibles que ocurren en nuestros cuerpos y que son las que nos mantienen vivos. Es decir, se trata de que tan ocupadas estĂ¡n nuestras cĂ©lulas a lo largo de dĂa y cĂ³mo estĂ¡ funcionando nuestro cuerpo.
Aunque los cientĂficos llevan muchos años estudiando el metabolismo, no han podido saber exactamente cĂ³mo cambia a lo largo de la vida de las personas. Solo estĂ¡ claro que mientras mĂ¡s grande sea una persona, mayor es la cantidad de cĂ©lulas que tiene, por lo que queman mĂ¡s calorĂas a lo largo del dĂa. Esta falta de informaciĂ³n ha llevado a supuestos basados en experiencias personales, por ejemplo, suponer que los cambios hormonales hacen que el metabolismo se acelere o lentifique, o que los hombres tienen un metabolismo mĂ¡s rĂ¡pido que las mujeres solo porque pareciera que bajan de peso mĂ¡s fĂ¡cilmente.
Hace un mes, un estudio publicado en la revista Science revelĂ³ que casi todo lo que conocĂamos del metabolismo estaba equivocado. Usando informaciĂ³n de 6,400 personas, que van desde los 8 dĂas hasta los 95 años de edad, descubrieron que nuestro metabolismo pasa por cuatro etapas. Es asĂ como el metabolismo de un reciĂ©n nacido se asemeja al de un adulto. Al mes, su metabolismo aumenta rĂ¡pidamente hasta que alcanza entre 9 y 15 meses de edad, siendo un 50% mĂ¡s alto que el de un adulto, lo que equivale a que una persona desarrollada coma 4000 calorĂas diarias. Luego, desde los 2 años y hasta los 20 el metabolismo comienza a bajar, manteniĂ©ndose estable por los siguientes 40 años. Esto quiere decir que uno quema calorĂas de la misma forma a los 25 que a los 55. Pasado los 60 la velocidad vuelve a decaer y sigue asiĂ©ndolo hasta que fallecemos.
Una de las revelaciones es que los hombres no tienen un metabolismo mĂ¡s rĂ¡pido que las mujeres, sino que al tener mĂ¡s mĂºsculos, usan mĂ¡s energĂa.