¿Sabes que hoy estamos todas y todos “amigdalianos”? La amígdala frontal del cerebro (que no tiene que ver con la garganta), es la parte del cerebro que nos permite reaccionar frente al estrés o cuando nos sentimos atacadas y atacados, asegurando nuestra sobrevivencia. Para ello la amígdala reacciona de tres formas: siendo agresivos, haciéndonos escapar o paralizándonos. Hoy, debido a la pandemia vivimos con la amígdala frontal hiperactiva, reaccionando de una de estas tres maneras frente al virus y la incertidumbre. ¿Cómo se puede hacer que la amígdala frontal disminuya de porte e intensidad? Muy fácil, a través de la respiración consciente.
Estudios de la U. de Stanford descubrieron que unos pocos minutos de meditación o yoga al día disminuyen la actividad de la amígdala de manera significativa y permanente, por lo que quienes practican estas actividades de forma constante han manejado de mejor manera el encierro y el temor que genera el covid-19.
Kifit te invita a meditar al menos unos cinco minutos diarios o hacer una práctica de yoga, concentrándote en una respiración profunda. Ya verás como ayuda a tu salud mental.