Para quienes crecieron viendo la Fórmula 1 en los 90, la figura de Michael Schumacher era omnipresente. Desde sus inicios en Benetton logró imponerse con un auto que estaba por debajo de la grandeza de los Williams y McLaren, muchas veces corriendo de forma asombrosa, pero algunas llevando las reglas al límite y usando prácticas que hoy serían censuradas. Tras la trágica muerte de Ayrton Senna, Schumi se consagró bicampeón del mundo en 1994 y 1995, para luego pasar a Ferrari, escudería que estaba lejos de ser competitiva. Fue así como junto a Jean Todt en la dirección deportiva y la destreza ingenieril de Ross Brown lograron construir un auto que entre 1999 y 2004 ganaría cinco veces seguidas el campeonato del mundo, transformándose en heptacampeón y en uno de los pilotos más importantes de todos los tiempos. En 2013 el alemán sufrió un accidente de esquí que lo dejó con secuelas que poco se conocen. Desde ahí vive bajo los cuidados de su mujer, Corinna, quien produce el documental que hace unos pocos días estrenó Netflix. Luces y sombras de una megaestrella del deporte, con comentarios de amigos y rivales, el documental es una buena forma de recordar a un as del volante.