Antes de estos Paralímpicos 2020, nuestro país había ganado medallas doradas gracias al pesista Juan Carlos Garrido y al corredor Cristian Valenzuela. En Tokio, Alberto Abarza logró un oro y dos medallas de plata en la natación.
Con 35 años de edad, “Beto” padece el síndrome de Charcot-Marie-Tooth, una enfermedad degenerativa, que a la larga lo dejará postrado. Con una adolescencia difícil en la que tuvo que lidiar con la depresión producto de su condición, este verdadero héroe nacional logró levantarse y luchar por su hija, transformándose en campeón mundial de natación paralímpica y colocándose al nivel de Fernando González y Nicolás Massú como los deportistas chilenos más importantes a nivel olímpico.
“Prefiero ser feliz que ser exitoso. Hay mucha gente que es exitosa y no es feliz. Tengo la fortuna de poder decir que soy feliz. Tengo una hija sanita y la disfruto mucho. Tengo mi novia, mis perros, no me hace falta nada”.
«Beto Abarza
Por otro lado, la otra ganadora del oro es la lanzadora de la bala Francisca Mardones, quien con su lanzamiento de 8,33 metros rompió el récord del mundo. En 1999 tuvo una caída de unos siete metros durante una tormenta en las Islas Vírgenes, la que le provocó una fractura en la columna y la incapacidad de caminar.

A pesar de los constantes dolores, primero compitió en el tenis, llegando a ser número 11 del mundo, pero luego se inclinó en el lanzamiento de la bala, la que a sus 43 años la tiene transformada en la mejor de las mejores.